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Mapa mundial actualizado de la contaminación lumínica

La contaminación lumínica es un problema que, lejos de afectar sólo a los astrónomos aficionados, supone un derroche recursos naturales y dinero público. Además tiene consecuencias sobre la salud, los ecosistemas, es responsable de una gran cantidad de emisiones contaminantes y nos priva de uno de los patrimonios más bellos y accesibles que podemos tener a nuestro alcance: el cielo estrellado.

En el siguiente enlace puedes consultar un mapa mundial de la contaminación lumínica realizado a partir de los datos del Earth Observation Group (EOG). Es importante entender que estos mapas se elaboran a partir de imágenes que se obtienen desde el espacio. Es decir, recogen luz que se emite en vertical y que, por tanto, no tiene ninguna utilidad práctica para la sociedad más que iluminar las nubes.

Mapa mundial de contaminación lumínica
www.lightpollutionmap.info

 

¿Qué es la contaminación lumínica?

Es la emisión de flujo luminoso de fuentes artificiales nocturnas en intensidades, direcciones, horarios o rangos espectrales innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces. Frecuentemente la detectamos como el brillo del cielo nocturno producido por la mala calidad del alumbrado exterior, tanto público como privado.

Las consecuencias más destacables son la agresión al frágil ecosistema nocturno, el derroche de recursos energéticos y de dinero, un sobreconsumo que comporta residuos tóxicos de los que podemos prescindir y la pérdida del cielo estrellado, declarado por la UNESCO patrimonio de las Generaciones Futuras y que es origen de nuestra civilización (mitos, cosmogonía, ciencia, filosofía…).

¿Qué se puede hacer contra la contaminación lumínica?

Este tipo de farolas tienen  una pérdida lumínica de aproximadamente el 80%
Este tipo de farolas tienen una pérdida lumínica de aproximadamente el 80%

Empezar por ser consciente del problema, dándolo a conocer y denunciando la situaciones de flagrante desperdicio energético, especialmente en el ámbito público: luminarias mal instaladas, con configuraciones incorrectas, horarios absurdos durante los cuales las luminarias estén encendidas…

Exigir en nuestras instalaciones tanto públicas como privadas el uso de luminarias adecuadas y las instalación de reguladores de intensidad o tiempo para prevenir el derroche energético. No sólo es una responsabilidad ecológica sino que redundará directamente en nuestro beneficio económico. Como ejemplo próximo sirva la instalación en 2009 en Benilloba de un nuevo sistema de alumbrado que le permite ahorrar en torno al 75% de la energía consumida hasta el momento.

normaSi quieres ampliar información sobre este tema podrás encontrar gran cantidad de documentación en Internet. Así mismo asociaciones como Cel Fosc ofrecen gran cantidad de información y consejos para poder enfrentar esta problemática.